El aire acondicionado nos ayuda a sobrellevar los meses más calurosos, aunque su uso constante tiene un impacto silencioso y profundo en la salud de la piel. Así lo cree Marta García, facialista y fundadora de Marta García Esteticistas, quien nos cuenta cómo abordan ese impacto en su centro.
Cuando la humedad ambiental se reduce, el aire se vuelve más seco. Un ambiente así altera el equilibrio hidrolipídico natural de la epidermis. En consecuencia, la piel comienza a perder progresivamente agua y lípidos esenciales que garantizan el buen estado de la función barrera cutánea. Entonces, se empiezan a percibir ciertas señales de que algo no marcha bien: la piel presenta una textura más áspera y aparecen síntomas como sensación de tirantez, irritaciones y pérdida de elasticidad. El rostro luce un tono apagado que pone años de más, superando la edad biológica.
Si esta deshidratación se prolonga en el tiempo, se desencadena un fenómeno conocido como inflammaging: una inflamación de bajo grado que altera la homeostasis cutánea y acelera la aparición de líneas finas, manchas e incluso pérdida de firmeza.
Pieles y aire acondicionado
- Las pieles más delicadas o sensibles, con rosácea o dermatitis, son especialmente vulnerables. Los motivos son varios: además de sufrir los efectos del aire seco, también soportan el contraste térmico entre el calor exterior y el frío interior. Este contraste agrava la reactividad vascular y sus síntomas: enrojecimientos, descamaciones y sensación incómoda de ardor. En cuanto a las pieles con microbiota alterada o defensas cutáneas debilitadas, el problema puede ir más allá y derivar en brotes inflamatorios importantes.
- Por otra parte, los labios son una de las zonas más afectadas. Al no contar con glándulas sebáceas, carecen de protección natural. El aire seco, sumado al gesto instintivo de humedecerlos con la lengua o la exposición al sol, favorece la aparición de grietas, fisuras, descamación crónica, queilitis (labios agrietados) e incluso pequeñas lesiones que pueden sangrar.
Marta García.
Protocolos en Marta García Esteticistas
Aunque los efectos no son inmediatos, la exposición continua a los ambientes climatizados acaba debilitando la piel. Por eso, cuando se pasan largas temporadas bajo el aire acondicionado, lo ideal es prevenir antes de que aparezcan daños visibles. En Marta García Esteticistas apuestan por dos tratamientos específicos que hidratan en profundidad y restauran el equilibrio de la barrera cutánea.
Tratamiento Protherapy
Se trata de una cura de hidratación profunda, reequilibrio de lípidos y reparación. Un tratamiento facial completo y restaurador que actúa sobre las tres capas de la piel para reponer el agua intracelular, reforzar los lípidos epidérmicos y reducir el estrés oxidativo provocado por los cambios térmicos. En el tratamiento se utilizan técnicas avanzadas como la oxigenación transcutánea, la infusión de activos con electroporación y el uso de microcorrientes para penetrar activos como betaglucanos, ceramidas y provitamina B5. Marta García recomienda realizar este tratamiento en bloques de cuatro sesiones de 60 minutos cada una a sesión por semana.
Tratamiento Prolips
Este tratamiento restaurador para labios agredidos consta de una sesión específica para labios que combina exfoliación enzimática, masaje con electroporador y activos regeneradores y relipidantes, ácido hialurónico, vitamina E, escualeno y ceramidas, además de manteca de illipe. Aporta confort inmediato, repara pequeñas fisuras y devuelve la elasticidad natural a los labios.
El consejo de la experta
- Para mantener los resultados de ambos tratamientos, es fundamental usar una rutina domiciliaria con limpiadores sin sulfatos, productos hidratantes ricos en lípidos fisiológicos, como ceramidas y escualeno, un sérum que trabaje sobre el choque térmico y protección solar.
- Además, se pueden complementar con nutricosmética hidratante que contenga ácido hialurónico oral, omega 3 y antioxidantes como la vitamina E.
- “Uno de los errores más frecuentes que veo en consulta es intentar compensar los efectos del aire acondicionado con más maquillaje o productos mal elegidos. La clave está en restaurar la piel desde dentro hacia fuera”, aconseja Marta García. “Reforzar la barrera cutánea, mantener una hidratación profunda – prosigue- y tratar precozmente los signos de deshidratación es mucho más eficaz que intentar disimularlos después. Y esto también se aplica a los labios, que necesitan cuidados cosméticos reales”.