El auge de las uñas artificiales: cifras globales y su impacto en España
El cuidado profesional de las uñas ha pasado de ser un complemento estético a convertirse en una categoría clave dentro del universo beauty. En cabina, las uñas son una carta de presentación del servicio, una vía de expresión personal para la clienta, y uno de los tratamientos más rentables y versátiles para el centro de estética.
El mercado internacional: una proyección al alza
A nivel mundial, el mercado de uñas artificiales —que abarca esmaltes semipermanentes, geles UV, acrílicos, polygel y tips— se valoró en alrededor de 1.400 millones de euros en 2024. Las previsiones apuntan a que alcanzará los 2.180 millones de euros en 2032, con una tasa de crecimiento anual compuesta (CAGR) cercana al 5,9 %.
Este crecimiento constante refleja un interés cada vez mayor en productos de larga duración, acabados profesionales, técnicas más saludables para la uña natural, y fórmulas veganas o sin tóxicos.
Aunque el consumo minorista representa una parte importante del mercado, los servicios profesionales de uñas en centros especializados tienen un peso cada vez más relevante, especialmente en regiones como Europa Occidental, Asia y América Latina, donde el cliente busca resultados impecables, seguridad en la aplicación y creatividad personalizada.
El contexto español: profesionalización en marcha
En España, el segmento de uñas es uno de los motores del sector de la estética. Cada vez más centros incluyen este servicio como parte estructural de su carta, y muchas profesionales se especializan exclusivamente en uñas, abriendo negocios propios o formando parte de equipos multidisciplinares.
Algunos factores clave en la evolución del mercado español:
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Formación técnica de alto nivel: aumenta la demanda de cursos específicos, workshops y certificaciones profesionales.
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Consumo consciente: la clienta española se informa más, valora la higiene, la salud de la uña natural y la calidad de los productos.
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Estética de precisión: se exige un acabado perfecto, tanto en el diseño como en el sellado, brillo y durabilidad.
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Diferenciación como herramienta de fidelización: el nail art o la personalización temática son claves para ofrecer un servicio exclusivo.
El ticket medio de una manicura profesional en España ronda los 25 a 45 euros, pero con servicios como las extensiones en gel, el acrílico esculpido, o el diseño con relieve o encapsulado, puede elevarse hasta los 65 o incluso 90 euros por sesión. Esto sitúa al nail care como uno de los servicios más rentables por tiempo invertido.
¿Qué se lleva? Tendencias clave en uñas para lo que queda de 2025
A nivel estético, la manicura de 2025 se caracteriza por una combinación entre minimalismo, tonos naturales y detalles artísticos con impacto. Algunas tendencias detectadas en estudios de consumo y medios internacionales:
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Short & Glossy: uñas cortas, con acabado brillante, efecto gel húmedo, o top coats con sutil shimmer.
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Natural tech: fórmulas que respetan la uña natural, con activos fortalecedores o transpirables.
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French reinventada: manicura francesa con doble línea, invertida o multicolor.
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Motivos personalizados: iniciales, mensajes, símbolos, nail art abstracto o conceptual.
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Efectos táctiles: mezclas de mate y brillo, texturas tipo ‘terciopelo’, craquelado o 3D.
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Colores de temporada: terracota suave, oliva apagado, azul tinta, ciruela glaseado y el ya popular “vino frío” como nuevo clásico otoñal.
Muchas de estas propuestas se adaptan fácilmente a cabinas de todos los tamaños y recursos, permitiendo ofrecer tratamientos diferenciadores con mínima inversión en producto.
La clave: profesionalización y escucha activa
En este contexto, la profesional de la estética que domina las técnicas de uñas tiene una herramienta de gran valor en sus manos. Pero no basta con seguir la moda: el verdadero diferencial está en la personalización, el diagnóstico correcto del tipo de uña, la comunicación con la clienta y la capacidad de crear experiencias.
Además, el cuidado de las uñas se está integrando cada vez más con otras especialidades: manicura + tratamiento de manos, protocolo antiedad, belleza consciente, etc. Esto permite a los centros ampliar su propuesta y ofrecer un servicio más completo y rentable.
Las uñas han dejado de ser un accesorio y se han convertido en una expresión de identidad, una herramienta de fidelización y un motor económico para muchos centros de estética. El mercado lo confirma con cifras, y las clientas lo validan con su elección diaria. Estar al día, perfeccionar la técnica y conocer los datos del sector es, hoy más que nunca, una ventaja competitiva para crecer con solidez.
Fuentes:
Fortune Business Insights, The Sun, Grand View Research