Las últimas predicciones globales de Mintel arrojan luz acerca de lo que le espera a la industria capilar y a los salones de peluquería. El cabello entra en una nueva era y desde la consultora avanzan algunas de las tendencias más destacadas del año 2026.
La conexión emocional y la autenticidad redefinirán las expectativas de los clientes y la experiencia en el salón. Por lo tanto, las soluciones orientadas al bienestar, las experiencias sensoriales e inmersivas y la belleza auténtica y centrada en el ser humano son las principales tendencias que marcarán la marcha de la industria capilar y de la peluquería en los próximos años.
Según expertos de Mintel, se trata de ir más allá de la estética, la imagen y lo superficial. Los consumidores esperarán que los sérums y suplementos también actúen como diagnósticos de bienestar. En el salón, la experiencia pasará de ofrecer resultados a regular el estado de ánimo y evocar emociones en un plazo de cinco años. La imperfección será la nueva perfección.
A corto plazo, cabe destacar el interés cada vez mayor en el vínculo belleza y salud, impulsado por la búsqueda de bienestar holístico de los usuarios.
Predicciones de Mintel en belleza y cuidado personal
Belleza metabólica: la belleza se adentra en una nueva fase donde convergen la salud, la tecnología y la personalización. Durante mucho tiempo, salud y estética han estado conectadas, aunque esta relación se enmarcaba más como una estrategia de marketing en lugar de una realidad científica, según Andrew McDougall, director de perspectivas de belleza y cuidado personal de Mintel. La novedad está en que la cultura del bienestar y el concepto de prevención se centrarán en la salud celular y la integración de tecnología avanzada.
Durante el año 2026, los avances en pruebas de biomarcadores, monitoreo metabólico y tecnología bio inteligente alcanzarán un acceso generalizado. Se crearán soluciones personalizadas que impulsarán la energía, hidratación y reparación celular.
Dentro de cinco años, la piel y el cabello se considerarán los biomarcadores más accesibles del cuerpo. Los consumidores esperarán que su crema hidratante, sérum o suplemento también actúe como herramienta de diagnóstico que refleje su salud interior. Este cambio redefinirá el papel de la belleza: basada en pruebas, personalizada y preventiva.
Sinergia sensorial: la belleza siempre ha sido multisensorial, aunque siempre ha cedido el protagonismo a la eficacia. Al menos hasta ahora. A partir del año que viene, la belleza se centrará menos en los resultados y más en la experiencia, por lo que las características sensoriales serán cruciales para originar la compra.
Los avances en fragancias funcionales y neurocientíficas y tecnologías inmersivas como la realidad virtual van a transformar las rutinas diarias en experiencias enriquecedoras y multisensoriales ya en el año 2026, según el experto de Mintel.
Para el año 2030, la belleza se juzgará no solo por los resultados, sino por su capacidad para regular las emociones y crear experiencias memorables. Las marcas con éxito pasarán de la eficacia clínica a la narrativa experiencial.
Más allá del algoritmo: la última década se ha caracterizado por la perfección algorítmica, los filtros, el contenido de IA y el marketing de vanguardia. Ahora, los consumidores optan por una belleza humana, expresiva, emocionalmente real e incluso imperfecta. Es importante destacar que esta revolución del toque humano no es antitecnología, sino una recalibración. Una que celebra la creatividad humana como el lujo supremo, a la vez que aprovecha la tecnología para realzar los aspectos personales y auténticos de la belleza.
Es tan fácil como integrar la autenticidad en los procesos, los mensajes y los productos. Para el año 2030, las experiencias de belleza más valoradas serán aquellas que se presenten como inequívocamente humanas, emocionalmente resonantes, creativas e imposibles de falsificar.
Fuente original: Sian Jones, editora de Modern Barber y editora adjunta de Hairdressers Journal.