María Valentines comenzó su carrera profesional hace 34 años y desde entonces es la formación junto con la búsqueda de la excelencia, las que le han ayudado a alcanzar el éxito. Una visión de la profesión que respeta los tiempos de la piel y la escucha para comprender qué necesita. La entrevistamos para conocer a fondo su filosofía y método de trabajo.
¿Cómo comenzó su carrera como esteticista? ¿Por qué decidió dedicarse al mundo de la belleza?
Tenía claro que quería tener mi propio negocio desde siempre, mi idea era ser fotógrafa, pero llegó a mis manos una revista donde se anunciaba una escuela de estética, me llamo la atención y realice el curso. Desde entonces me apasiona. Después me formé de nuevo en Cristina Sorli. Llevo 34 años de profesión y sigo disfrutando de ella cada día.
¿Qué importancia ha tenido la formación para consolidar su carrera?
Para mi es clave, una buena base. Es imprescindible. Y en un sector como la estética avanzada que evoluciona constantemente, con productos y equipos cada vez más sofisticados, es fundamental también formarse continuamente para poder maximizar los resultados que ofrecen las herramientas con las que trabajamos.
¿Cómo desarrolla los diferentes protocolos? ¿Cómo los diseña?
Las firmas con las que trabajamos diseñan unos protocolos establecidos. En De Milo, el diagnóstico previo se hace en cualquier tratamiento, esto hace que quien diseña el protocolo realmente es la necesidad de la piel y de la silueta de la clienta. Cuando conoces bien las técnicas de trabajo, los principios activos y sabes su respuesta terapéutica en el tejido, me es fácil adaptar los tratamientos según la necesidad para llegar a un objetivo.
¿Qué elementos son fundamentales para usted en cada uno de sus tratamientos?
En cualquier tratamiento es fundamental un diagnóstico personalizado y trabajar con excelencia. Por supuesto, la visita al centro también debe ser un momento de relajación y desconexión para la clienta, disfrutar este rato para ella misma, en un ambiente profesional, confortable y relajado convierte la visita al centro en una experiencia.
Como directora de un centro, ¿cuál es su visión de la belleza? ¿En qué se distingue de otros centros?
¿Mi visión de la belleza? La naturalidad, ver una piel cuidada, sea una piel joven con acné o una piel madura con sus líneas por el paso del tiempo, una piel cuidada con luz propia me seduce.
¿En qué me distingo? Tal vez sea un poco especial en esto…a veces vienen clientas y me piden ciertos tratamientos de moda o desean un tratamiento de antiedad ya… desean inmediatez. Realmente soy incapaz de realizar un tratamiento que me solicitan si la piel no está preparada para ello. Escucho la piel, el cuerpo y le doy lo que necesita. ¡El resultado es espectacular!
¿Cuáles han sido los momentos más duros y los mejores de su trayectoria?
Trabajamos tan íntimamente con las clientas que la relación se convierte en muy cercana. En 34 años los casos en que debo aplicar los conocimientos de estética oncológica son complicados, aunque recompensa ver cómo con los tratamientos ayudamos a aportar confort en la piel y bienestar a la persona.
¿Los mejores? ¡Cada día cuando acabo una sesión de tratamiento y la clienta se le dibuja una sonrisa de felicidad, de sentirse bien, ¡es un agradecimiento mutuo!
¿Qué papel cree que tienen las técnicas manuales que no puede sustituir las máquinas?
El tacto humano es insustituible, recibimos unos estímulos que con las máquinas es difícil de imitar. Las personas necesitamos el contacto y las técnicas y las manipulaciones que las esteticistas realizamos con las manos son importantes para aportar principios activos y activar el tejido, aportando a la vez bienestar y relajación que todos agradecemos.
Aunque no podemos obviar que la tecnología ayuda a potenciar el trabajo que realizamos con nuestras manos, la clave quizá es el equilibrio entre manos y máquinas.
¿Cuál es el secreto del éxito de un tratamiento?
El secreto es entender que esto es un trabajo en equipo, clienta/e esteticista, un buen diagnóstico y el mejor tratamiento requiere una prescripción para una continuidad en casa, así como una comunicación fluida con la clienta, para ver la evolución del tratamiento. Rodearse de conocimientos, de las mejores firmas y tecnología.
Para muchas esteticistas, la gestión del centro es un reto, en su caso ¿cómo consigue que todo fluya?
¡Haciendo equilibrios! Sobre todo mucha organización y gestionar bien la agenda.
A la hora de contratar personal, ¿cuesta encontrar profesionales bien formados?
Desde aquí hago un llamamiento, necesito esteticista formada y con experiencia.
¿Cuál es su próximo proyecto en el centro?
Mi próximo proyecto es seguir. En estos años De Milo ha ido evolucionando en todos los sentidos, hace dos años también renovamos las instalaciones y vamos realizando inversión en renovar los mejores equipos. Continuar estando siempre al día, si alguna técnica me cautiva incorporarla a De Milo. ¡Tengo novedades en mente!
También tengo en mente tener colaboración con medicina estética para aquellos casos que una vez tratada, necesita muy sutilmente una pincelada.
