Junio se reconoce cada vez más como el Mes del Acné, una ocasión clave para que los profesionales de la estética, especialmente quienes trabajan en cabina, refuercen su labor educativa y terapéutica frente a una de las afecciones cutáneas más comunes y complejas.
El acné no es solo un problema estético. Es una condición multifactorial que puede estar vinculada a desequilibrios hormonales, estrés, alimentación, uso inadecuado de cosméticos o factores ambientales. Por ello, el abordaje estético debe ser profundo, profesional y personalizado.
Durante este mes, muchos centros aprovechan para lanzar campañas informativas, ofrecer diagnósticos faciales gratuitos o promocionar tratamientos específicos. Estas acciones no solo fidelizan a los clientes, sino que también posicionan al profesional como un referente en el cuidado de pieles con tendencia acneica.
Trabajar el acné en cabina requiere una evaluación precisa, elección correcta de principios activos (como ácido salicílico, niacinamida o peróxido de benzoilo en productos domiciliarios) y el uso de técnicas como la limpieza profunda, la alta frecuencia, el peeling químico suave o incluso la ozonoterapia, según el caso. Todo esto, siempre adaptado al tipo de piel y al grado del acné.
Es fundamental también orientar al cliente sobre los cuidados en casa: higiene adecuada, fotoprotección con productos oil-free, constancia en el uso de cosmética no comedogénica y, si fuera necesario, derivar a un dermatólogo o nutricionista para un enfoque integral.
Además, el inicio del verano puede dar la falsa sensación de mejora, ya que el sol tiende a secar la piel y reducir temporalmente la inflamación. Sin embargo, el calor, el sudor y el uso inadecuado de protectores solares pueden empeorar la condición semanas después. Por eso, el rol del esteticista en esta época es más crucial que nunca.
El Mes del Acné representa una oportunidad para renovar conocimientos, adaptar protocolos y reforzar la confianza de los clientes que buscan soluciones reales. La piel habla, y en junio, más que nunca, merece ser escuchada.
