La medicina estética es uno de los sectores con mayor crecimiento en España: se estima que más del 40 % de la población entre 26 y 45 años se ha sometido a algún tratamiento estético no quirúrgico. Pero ese crecimiento también ha traído consigo un riesgo: el intrusismo profesional y el uso de productos no regulados.
En febrero de 2025, la Policía Nacional destapó una red de 24 clínicas investigadas por utilizar toxina botulínica falsificada importada de Corea del Sur, un caso que puso de relieve la necesidad urgente de mayor control. Este tipo de prácticas ilegales no solo ponen en riesgo la salud de los pacientes, sino que dañan la confianza en todo el sector.
1) ¿Qué entendemos por intrusismo en medicina estética?
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Uso de productos no autorizados o falsificados.
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Tratamientos realizados por personal no cualificado ni colegiado.
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Centros que ofrecen procedimientos médicos sin licencia sanitaria.
Riesgo directo: complicaciones graves como infecciones, reacciones alérgicas, necrosis tisular o secuelas permanentes.
2) Marco legal y regulaciones vigentes
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La legislación española establece que los tratamientos de medicina estética deben ser realizados por médicos con formación específica.
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El BOE y decretos autonómicos recientes han reforzado que solo profesionales acreditados pueden aplicar toxina botulínica, rellenos dérmicos u otros procedimientos invasivos.
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La AEMPS (Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios) controla qué productos pueden comercializarse y sanciona la distribución ilegal.
3) Cómo pueden protegerse los centros y profesionales
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Formación acreditada: contar con títulos y diplomas reconocidos.
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Licencias sanitarias al día: verificar que la clínica cumple con la normativa de la comunidad autónoma.
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Proveedores oficiales: comprar únicamente a distribuidores autorizados en la UE.
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Seguro de responsabilidad civil: imprescindible para ejercer con tranquilidad y respaldo legal.
4) Cómo transmitir seguridad a las clientas
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Exhibir de forma visible las acreditaciones del personal y las licencias del centro.
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Comunicar en la web y redes sociales que se trabaja con productos homologados.
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Ofrecer información clara sobre los protocolos y la seguridad de los tratamientos.
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Responder a dudas con transparencia: la seguridad y la confianza son argumentos de venta poderosos.
5) Oportunidades para el sector
Aunque el intrusismo afecta la reputación, también abre una oportunidad: diferenciarse con profesionalidad, ética y transparencia. Los centros que cumplen con la normativa pueden convertir la seguridad en un valor añadido frente a las clientas, destacando la importancia de ponerse siempre en manos de profesionales cualificados.
La lucha contra el intrusismo no solo es responsabilidad de las autoridades, sino también de los propios profesionales. Cumplir con la regulación, trabajar con productos seguros y comunicarlo de forma clara fortalece la confianza de las clientas y dignifica la medicina estética en España.