Angie Ovieczka: ”Entender la piel nos acerca a una vida más alineada"

Angie Ovieczka: ”Entender la piel nos acerca a una vida más alineada"

Publicado 24 nov. 2025 por Anna León Mir

Cosmiatra holística, terapeuta y experta en medicina energética asegura que la piel es un “órgano emocional”, tras más de 15 años de observación clínica. 

¿Cuándo y por qué te empezaste a interesar por la salud de la piel?

Desde muy joven, me empecé a interesar por la piel y su estado. Durante años padecí rosácea, por lo que comencé a buscar respuestas más allá de lo superficial. Más tarde, como cosmiatra y terapeuta comprendí que la piel es mucho más que una capa externa. Para mí, es un lenguaje y una vía de expresión del cuerpo, las emociones y el alma. Ese: fue el punto de inflexión en mi camino.

En concreto, ¿a qué se dedica una cosmiatra holística?

Cuando inicié este camino, no existía el término cosmiatra holística: no había antecedentes, libros o definiciones. A partir de esta necesidad interna, me dediqué a investigar, estudiar y desarrollar este término. Hoy suelo acompañar procesos de sanación y transformación integral mediante el cuidado consciente de la piel. La cosmiatría holística une la estética profesional con la sabiduría ancestral, la medicina integrativa y las terapias energéticas. No trabajamos solo con cremas y protocolos, también con la historia emocional, la energía y el propósito que habita en cada persona. Para mí, cada rostro es un mapa sagrado.

¿Qué acogida tiene este concepto de estética integral y consciente en el sector?

Creo que estamos viviendo una revolución silenciosa en el mundo de la estética. Muchas profesionales están cansadas de repetir protocolos vacíos y buscan dar un sentido más profundo a su labor. La belleza consciente llegó para quedarse. Cada año, hay más profesionales que buscan el cambio y sienten que esta es su nueva profesión con propósito en mi academia Formación de Cosmiatría Holística Internacional.

Aseguras que un 80% de las enfermedades de la piel tienen un origen emocional. ¿En qué te basas?

Me baso en más de 15 años de observación clínica, acompañando a cientos de personas, y también en la psiconeuroinmunología, la biodescodificación y otras disciplinas que reconocen el vínculo entre emoción, sistema nervioso y manifestaciones físicas. La piel es un órgano emocional y suele expresar lo que no pudimos elaborar o decir. El 20% restante puede tener causas genéticas, ambientales o alimentarias, pero, aun así, la emoción puede agravar o aliviar el cuadro. 

Por ejemplo, la rosácea aparece frecuentemente en personas con historias de humillación o exigencia interna muy alta. La piel seca surge en quienes sienten que “nada las nutre”, porque han vivido abandonos o se sienten desvinculadas emocionalmente. En cambio, el acné en adultos suele reflejar conflictos de identidad o frustración con uno mismo. 

No se trata de etiquetar, sino de abrirnos a posibilidades de lectura más amplias. La piel es una vía de expresión del inconsciente: entenderla nos acerca también a una vida más alineada.

¿Y qué nos puedes contar sobre los bloqueos, los miedos y las malas experiencias?

La psiconeuroinmunología ha demostrado que existe una comunicación constante entre el sistema nervioso, el sistema inmune y la piel. Esto significa que lo vivido emocionalmente -estrés crónico, traumas, inseguridades o conflictos internos- impacta directamente en el equilibrio cutáneo. De hecho, la piel tiene su propio sistema nervioso periférico y produce neurotransmisores, como la serotonina o el cortisol. Por lo tanto, responde de manera inmediata a los estados internos. 

En la piel, los bloqueos emocionales se suelen cristalizar en forma de tensiones, manchas, irritaciones o afecciones crónicas. Para que te hagas una idea, los miedos no expresados se pueden manifestar como dermatitis o urticarias. La piel tiene memoria y guarda cada experiencia no integrada. Por eso, cuando ayudamos a liberar emociones, muchas veces la piel también se libera. 

Siendo conscientes del vínculo entre piel y emociones, ¿cómo lo trasladamos a la cabina de cualquier centro?

En primer lugar, debemos dejar de ver la piel como un problema a resolver. En su lugar, la deberíamos considerar una aliada que comunica emociones. Podemos integrar preguntas sobre el estado emocional, crear espacios de escucha, usar aceites esenciales con intención, incluir técnicas de respiración o visualización durante los tratamientos. No se trata de hacer terapia en cabina, sino de humanizar la experiencia estética, convirtiéndola en un ritual de reconexión. 

Hablemos de tu Método Dermolístico que fusiona tus conocimientos en medicina integrativa, neurocosmética y terapias mente-cuerpo-alma. ¿En qué consiste? 

El Método Dermolístico es una propuesta integradora que contempla tres dimensiones: el cuerpo físico (la piel y su biología), el cuerpo emocional (la historia que hay detrás de cada síntoma) y el cuerpo energético (la vibración y el campo sutil). En cada tratamiento se trabajan estos niveles a través de técnicas como la limpieza consciente, el diagnóstico emocional, la elección de fitoactivos y herramientas de reprogramación celular. Tiene una estructura clara, pero lo más importante es que cada piel es única. El método se adapta a ella, no al revés.

Este otoño, ¿qué pautas les darías a las esteticistas, pero también a sus clientas?

El otoño es una estación de limpieza e introspección, perfecta para hacer tratamientos de renovación celular, peelings suaves, drenajes y détox energéticos. También es el momento ideal para revisar qué necesitamos soltar: no solo células muertas, sino hábitos que ya no nos alimentan. Sugiero que propongan tratamientos integrales y que inviten a sus clientas a escuchar lo que su piel les quiere decir en esta nueva etapa.

Lee esta entrevista y otros artículos en nuestra edición de octubre-noviembre de Vida Estética & Spa. 

Anna León Mir

Anna León Mir

Publicado 24º nov. 2025

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