Pautas para tratar malas praxis en uñas

Pautas para tratar malas praxis en uñas

Actualizado el 09 dic. 2025 por Anna León Mir

Con Jimena Montalbán, de Jimena Nails

En el salón, nos podemos encontrar con clientas que sufren los efectos de una mala praxis en uñas. Jimena Montalbán nos aconseja qué hacer en estos casos. 

Una de las malas prácticas más comunes en uñas es el anillo de fuego. Consiste en una lesión que aparece en la superficie de la uña, normalmente en forma de línea rojiza o blanquecina alrededor de la zona de la cutícula. “Se produce cuando se ejerce demasiada presión con el torno o se utilizan fresas de mala calidad o de manera incorrecta durante el limado. Es una ‘quemadura’ de la uña causada por fricción excesiva, calor y técnica inadecuada”, explica Jimena Montalbán, fundadora de Jimena Nails.

Cada vez son más comunes los casos de anillos de fuego, por lo que es necesario actuar con transparencia y ser honestos con las clientas, según Montalbán: “En primer lugar, no debemos volver a limar esa uña hasta que se recupere. Hay que explicarle a la clienta qué ha pasado y ofrecerle un plan de cuidados: hacer una pausa de servicios agresivos, aplicar aceites nutritivos con vitamina E y favorecer la hidratación de cutículas y uñas con productos específicos”.

La única forma de ‘curar’ un anillo de fuego es dejar que crezca sano desde la matriz. Durante ese tiempo se pueden aplicar tratamientos fortalecedores sin químicos agresivos, aceites nutritivos diarios y, en algunos casos, un esmalte fortalecedor con vitaminas. “También es importante -añade- recomendar a la clienta no arrancar ni limar más esa zona. La recuperación completa puede tardar entre tres y seis meses”. 

Jimena Montalbán.

Otras malas prácticas

A la manicurista y empresaria le preocupa la falta de formación y el poco respeto por los protocolos de seguridad en algunos casos. Otras prácticas preocupantes son:

  • El uso excesivo de torno en uñas naturales sin control de la presión ni la velocidad, lo que debilita la placa ungueal. 
  • La mala retirada del producto. Arrancar el esmalte semipermanente o el gel en vez de retirarlo con técnica adecuada. Ello genera capas rotas y fragilidad.
  • Uso de productos no regulados que no cumplen con normativas europeas, con posibles riesgos para la salud.
  • Falta de higiene y esterilización del material que puede provocar infecciones cruzadas. 

Opinión sobre el reglamento que prohíbe el TPO

En septiembre entró en vigor el Reglamento (UE)2025/877 que incluye el TPO en el anexo II de sustancias prohibidas. El TPO es un fotoiniciador muy utilizado en esmaltes de gel para activar el curado bajo lámpara UV. “Me parece una decisión muy positiva. El TPO ha demostrado tener riesgos para la salud. Creo que esta regulación es un paso adelante para proteger tanto a las clientas como a las profesionales”, opina Montalbán. Existen alternativas al TPO en el mercado -TPO-L, Lucirin TPO-L o Irgacure 819- como sustitutos menos nocivos. “También se están desarrollando combinaciones de fotoiniciadores que permiten un curado eficiente con un perfil de seguridad más favorable”, aconseja.

Lee este y otros reportajes en nuestra edición de octubre-noviembre de Vida Estética & Spa. 

Anna León Mir

Anna León Mir

Publicado 09º dic. 2025

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