Luana3.0: cuando la peluquería se convierte en un camino para volver a uno mismo

Luana3.0: cuando la peluquería se convierte en un camino para volver a uno mismo

Publicado 17 dic. 2025 por Pilar Ramos Ortiz

En un sector acostumbrado a hablar de técnica, tendencias y velocidad, hay voces que aparecen para recordarnos que, antes de cortar, colorear o peinar, el profesional trabaja con algo mucho más delicado: la vida de las personas que se sientan en la silla y la suya propia.

Una de esas voces es Luana Prieto, creadora de Luana3.0 y del proyecto educativo BEACH&TEACH.

Luana habla desde un lugar distinto. No enseña solo cómo mover las manos, sino cómo mover la mirada. Cómo pensar. Cómo sentir. Cómo volver a habitar el oficio desde dentro.

En su web y en su blog reflexiona sobre el ego, el cansancio, el ruido mental, la necesidad de parar, la identidad, la creatividad y la importancia de aprender a mirar el cabello sin automatismos. Su manera de entender la peluquería ha resonado en cientos de profesionales que encuentran en ella una brújula para reconectar con el propósito.

Desde revista Tocado, quisimos conversar con ella para entender por qué su visión está transformando la manera en que muchos peluqueros se relacionan con su oficio y consigo mismos.

Tocado: Luana, muchos profesionales te identifican por tu manera tan humana y cercana de enseñar. ¿En qué momento descubriste que tu misión iba más allá de cortar y colorear, y que querías acompañar a otros peluqueros en su crecimiento?

Luana Prieto:
En mi caso creo que la vocación de compartir lo que sé es algo que llevo en los genes. Siempre he disfrutado enseñando, ayudando y acompañando a otros, y compartiendo lo que he tenido la gran suerte de aprender.

Desde el principio de mi carrera, esta pasión por enseñar me llevó a formar parte de equipos de formación para grandes marcas como Sebastian Professional, Sassoon Professional o Z-One. En esta etapa aprendí a entender cómo nos gusta aprender a los peluqueros y qué hay que hacer para que una idea que está en mi cabeza acabe estando en la de otro profesional y esa idea le lleve a dar un paso más, a aplicar una nueva técnica o a probar un nuevo estilo. En definitiva, a ser un mejor profesional.

Durante más de 15 años recorrí el país con una maleta enseñando en salones, en hoteles y allí donde había un grupo de profesionales con ganas de aprender.

También pude dar el salto a otros países y descubrir cómo en Buenos Aires, Costa Rica o Río de Janeiro tienen más o menos las mismas preocupaciones y necesidades que en Barcelona cuando hablamos de atender clientes y gestionar un negocio de peluquería o belleza.

He tenido la suerte de poder impartir formación en un salón de un estilista y también en un escenario con más de 2.000 personas. Al final, el tamaño de la audiencia es lo de menos; lo que realmente importa es tener algo interesante que contar y lograr que el mensaje no solo llegue, sino que transforme.

De esto hace ya más de 25 años, y sigo disfrutando de la emoción de enseñar y ayudar a crecer a otros profesionales. ¿Qué puede tener de malo compartir conocimientos y que existan más salones y más profesionales mejor preparados? Si lo piensas, es la única manera correcta y ética de comportarse, así que yo estoy decidida a hacerlo mientras haya una sola persona dispuesta a escucharme y a aprender.

Tocado: En tu proyecto BEACH&TEACH hablas de “enseñar para que el profesional piense por sí mismo”. ¿Qué le falta hoy a la formación en peluquería y qué necesitamos cambiar para que deje de ser solo técnica y pase a ser transformación?

Luana Prieto:
¡Beach&Teach es mi locura favorita!

Todo nace de esta idea: si la persona que está al frente del negocio no tiene tiempo de parar, de reflexionar, de mirar su vida y su negocio desde fuera, si la rutina, las facturas y los problemas lo llenan todo, ¿cómo vas a tener espacio y tiempo para pensar en cómo mejorar o tiempo para aprender?

Vivimos en una rueda de producción que nos absorbe y eso no es sano.

Yo he vivido en esa rueda muchos años sin ser consciente de ello, y gracias a un parón forzoso por un motivo de salud tuve que parar y decidí irme a La Graciosa, mi isla mágica, a recuperarme.

Estando allí me di cuenta de que mi cabeza volvía a tener ideas, que volvían las ganas, y todo gracias a ese parón forzoso y a darme permiso, tiempo y espacio para mí.

Por eso creé este programa, en el que el objetivo es precisamente este: reconectar con tus capacidades, aprender en un entorno sin interrupciones y compartir con un pequeño grupo de profesionales experiencias que sumen.

He impartido mil cursos en salas de hotel con proyector, también online y en salones, siempre buscando el hueco, siempre encajando la formación en un espacio residual del día a día, y eso es lo que creo que hay que cambiar.

Si un profesional se atreve a parar, a coger un avión y a darse permiso para crecer, creo que está dando un gran primer paso que va a cambiar el rumbo de su vida personal y profesional.

Muchos me decían: “Estás loca, ¿por qué no lo haces en Madrid, que es más fácil para todo el mundo?”. Y mi respuesta ha sido: “No quiero que sea fácil, quiero que sea una primera prueba de voluntad de cambio y de poner primero lo primero, y lo primero eres tú”.

Tocado: En tu blog reflexionas sobre temas como la autoexigencia, el agotamiento mental o el miedo a evolucionar. ¿Cuál dirías que es la herida más frecuente entre los peluqueros de hoy?

Luana Prieto:
Hemos caído en la trampa de “ser” lo que hago para ganar dinero, y para mí eso es un error. Y si ya hablamos de dueños de salón, ahí el nivel de exigencia y presión está tan descompensado con la recompensa que la mayoría, si pudiera, cerraría sus negocios, y lo digo con conocimiento de causa.

Están atrapados en una situación que está muy lejos de ser la que pretendían conseguir cuando decidieron montar su negocio. Horas infinitas, decisiones solitarias, burocracia que cada vez asfixia más, y todo esto para en ocasiones no lograr ni un SMI.

Muchos se han convertido en su propio jefe explotador, y creo que quizás estamos a tiempo de reflexionar y buscar una manera de ser felices mientras atendemos clientes o gestionamos nuestros salones.

El trabajo o el negocio tiene que ser el medio para conseguir la vida que quieres, en nuestro caso haciendo lo que se nos da bien hacer, y eso por sí mismo ya es una suerte que muchas personas no tienen.

Pero ¿qué pasa si por un error de cálculo o por falta de conocimientos ese trabajo o ese negocio se convierte en la fuente de tu infelicidad? Ahí es donde creo que merece la pena frenar en seco, derrapar si hace falta, gritar, maldecir, llorar y tomar decisiones valientes.

Tocado: Muchas personas del sector sienten que no tienen tiempo, pero al mismo tiempo no logran avanzar. Tú insistes mucho en la idea de “parar para poder ver”. ¿Cómo se le enseña a un profesional a detenerse en un mundo que le exige ir rápido?

Luana Prieto:
Te lo voy a explicar súper sencillo. Todos podemos parar; la cuestión es que solo lo hacemos cuando ya es demasiado tarde o hemos llegado al límite de nuestras fuerzas y aparece la enfermedad en cualquiera de sus versiones.

Mi madre siempre me decía: “Si tú no paras, la vida te va a parar”, y qué razón tenía.

Cuando más rápido iba, cuando el trabajo lo abarcaba todo, cuando no había tiempo para nada que no fuera ser la mejor y hacerlo mejor, ahí es cuando me rompía una pierna, o me entraba una gastroenteritis, o cosas algo peores.

Entonces me daba cuenta de que, si yo no estaba, el mundo seguía girando, el negocio funcionando, y en la mayoría de los casos acababa descubriendo talento a mi alrededor o personas dispuestas a ayudar.

También aprendía qué cosas de las que yo hacía no eran importantes o imprescindibles, ya que al dejar de hacerlas nada cambiaba.

Por eso soy tan fan del parar, porque me ha enseñado tanto que considero que todos deberíamos autoimponernos esos frenazos sin llegar a que el cuerpo te falle.

Y no, no hablo de los 15 días de agosto en Torrevieja ni en el pueblo. Hablo de una parada consciente para cuidarte, para darte tiempo y permiso, y para recargar pilas.

Seguro que muchas personas al leer estas palabras estarán pensando: “Suena bonito, pero si yo paro, ¿quién factura para seguir pagando todo lo que hay que pagar?”.

Efectivamente, ahí está la clave, en generar modelos de negocio que te permitan esas ausencias mientras el dinero sigue entrando.

Ese ha sido siempre mi objetivo, y después de muchos tropezones creo que hoy puedo decir que lo he conseguido. ¿Ha sido fácil? En absoluto. ¿Ha merecido la pena? Por supuesto.

Tocado: Hablemos del ego, un tema que tú abordas con mucha honestidad. ¿Cómo se gestiona el ego dentro de un salón para que sume y no bloquee la creatividad ni las relaciones?

Luana Prieto:
Muy sencillo, ¿hay alguna manera de medir de manera objetiva el ego? ¿Existe un egómetro que diga que tienes un nivel de ego 7,3 sobre 10?

Para mí, la única manera válida de medir y valorar la calidad del trabajo ejecutado por el equipo son los resultados numéricos.

Llevo más de 20 años trabajando con datos, y son los que siempre me han salvado cuando la conversación ha derivado en “pero es que yo soy muy buena haciendo mechas” o “mis clientas están muy contentas”.

Mis respuestas son:
¿Cuánto has facturado este mes con tu servicio estrella de mechas?
¿Qué margen de beneficio te ha dejado cada uno de esos servicios?
¿Tienes cada mes más de un 10 % de reseñas en Google sobre tus visitas?
¿Tu puntuación en Google está por encima del 4,5?
¿Haces encuestas de satisfacción objetivas, por ejemplo usando el sistema NPS?

Y así, aterrizando las sensaciones en datos objetivos, es como se maneja el ego y podemos empezar a construir un equipo que enfoque la jornada laboral con propósito medible y no solo con el objetivo de cumplir un horario.

Tocado: La peluquería siempre se ha visto como un oficio técnico, pero tú impulsas la idea de que también es un camino emocional, identitario y personal. ¿Qué has aprendido sobre el vínculo entre el cabello y la forma de estar en el mundo?

Luana Prieto:
La importancia del cabello y del estilo se resume en estas dos reflexiones.

Primera. Trabajamos en una parte del cuerpo que no podemos ocultar y que exponemos como parte de nuestra imagen 24 horas al día, siete días a la semana. Si lo comparas con un servicio de pedicura, evidentemente es algo importante no solo por imagen sino también por salud, pero ¿cuántos días al año expones tus pies al público comparado con los días que expones tu cabello? Partiendo de esta reflexión, la importancia de encontrar un estilo que refleje en el espejo una imagen con la que te sientas identificado es realmente grande. Los estilistas somos los responsables de acompañar al cliente en este viaje hacia la construcción de su identidad.

Segunda. Cuando todo lo demás desaparece, ropa, maquillaje, etcétera, lo único que te queda para seguir siendo tú es tu cabello.

Cuando trabajo en el salón siempre enfoco mis conversaciones con los clientes desde esta perspectiva: tengo que ayudar a esta persona a ver en el espejo una imagen con la que se sienta feliz, segura y que le permita salir al escenario de la vida sin miedo a no gustar. Este es mi mantra cuando me pongo la camiseta de estilista.

Cuando mi rol es de formación es algo parecido, solo que en este caso lo que intento es poner guapo su negocio.

Tocado: Tus formaciones ponen mucho énfasis en entender el por qué antes que el cómo. ¿Cuándo sentiste que descubrir el propósito cambia la manera de usar las manos?

Luana Prieto:
No te sé decir cuándo, lo que sí tengo claro es que sin propósito, sin un por qué, nadie es capaz de mantener el impulso o el esfuerzo en el tiempo.

El motivo es lo que te lleva a encontrar el cómo. Te pongo un ejemplo claro que suelo ver con mis alumnos. Normalmente, al inicio de nuestra relación, yo siempre les pregunto: ¿por qué has decidido buscar mi ayuda?

Normalmente su respuesta acaba siendo el objetivo final que trazamos en nuestra estrategia.

Por ejemplo: “Porque estoy perdiendo clientes y cada vez facturo menos” o “Porque no consigo que mi equipo me haga caso”.

Ahí tenemos el por qué que nos lleva al objetivo. Tenemos que encontrar la causa de la pérdida de clientes, resolverla y activar de nuevo la entrada de estos en el salón. Después de tener esto claro ya viene el “ok, ¿cómo lo hacemos?”. Y ahí es donde empieza la magia, cuando dejamos de lamentarnos y pasamos a la acción.

Tocado: En una de tus reflexiones dices que “si no estás presente, no hay creación”. ¿Cómo se entrena la presencia en un salón donde conviven prisas, ruido, clientes, tareas y mil estímulos al mismo tiempo?

Luana Prieto:
Aquí es donde yo aplico mi teoría de las camisetas.

Cuando estoy en el salón y tengo unas horas por delante en las que mi propósito es atender clientes, me pongo la camiseta de estilista y atiendo clientes. No hago nada más, me centro en ese rol.

Ahora bien, lo que no puedo permitir es que esa camiseta o ese rol abarque el 100 % de mi tiempo laboral disponible. Debo marcar tiempos para ponerme la camiseta de directora de equipo, y en ese tiempo planifico reuniones o formaciones.

Luego planifico tiempo para ser propietaria de negocio y me pongo la camiseta que toca. Ahí me reúno con el gestor, revisamos cuentas o analizo el porcentaje de gasto en compras de productos.

También tengo la camiseta de directora de marketing, y en ese tiempo reviso redes sociales y planifico campañas.

Y quizás te estás preguntando si me da tiempo a todo eso. Sí, siempre que no dejes que la camiseta de estilista lo absorba todo. ¿Y cómo se consigue eso? Creando equipo, aunque sobre este tema necesitaría un podcast entero.

Tocado: BEACH·TEACH no es solo formación, es un método de vida. ¿Con qué cambio te gustaría que un profesional saliera después de una de tus clases o acompañamientos?

Luana Prieto:
Sobre todo con información y datos reales sobre su situación profesional para tomar decisiones desde la calma y no desde la emoción.

Sin un análisis objetivo y realista vamos a ciegas, y tomar decisiones sin datos es jugar a la ruleta rusa con tu negocio y con tu vida.

Cuando pregunto a mis alumnos sobre datos básicos de sus negocios, en muchas ocasiones me encuentro con que no tienen la información real o no le dan la importancia que realmente tiene.

Si no sabes si tu servicio estrella te deja margen de beneficio, ¿cómo vas a plantearte una subida de precios?

Una vez ves la situación de manera clara y objetiva, puedes empezar a tomar decisiones para conseguir un negocio que sea fuente de tranquilidad y no de problemas.

Mi objetivo con todos mis programas de acompañamiento es siempre este, independientemente de que se unan a Beach&Teach o a mis acompañamientos digitales.

Tocado: ¿Qué consejo le darías a un peluquero que ama su oficio pero está agotado, desconectado o siente que se ha perdido a sí mismo dentro del salón?

Luana Prieto:
Que hable conmigo. Seguro que podemos encontrar la manera de empezar a cambiar esas rutinas que le están destruyendo.

No hay una receta mágica que funcione para todos, por eso no puedo ser más clara en esta respuesta. La clave está en analizar cada caso, cada vida, cada persona, y acompañarle en su camino hacia una vida profesional y personal más feliz.

Tocado: Para terminar, ¿qué te inspira hoy? ¿Qué te mueve a seguir creando, enseñando y compartiendo?

Luana Prieto:
Veo que sigo teniendo información y herramientas para ayudar a otros profesionales a mejorar sus vidas. Si en algún momento me doy cuenta de que lo que hago no funciona o no suma, buscaré otra cosa, pero mientras siga sintiéndome capaz de ayudar, lo voy a seguir haciendo.

Crear desde dentro: la verdadera revolución

Conversar con Luana es una experiencia que va más allá de la entrevista. Te obliga a detenerte, a escucharte y a recordar por qué empezaste en la peluquería y qué lugar ocupa hoy en tu vida.

Su mensaje es claro: las técnicas cambian, las tendencias pasan, pero la conexión contigo mismo y con tu cliente es lo único que permanece.

En un momento en el que la industria exige rapidez, inmediatez y exposición constante, voces como la suya nos recuerdan que el verdadero valor del oficio está en la presencia, en la mirada, en la intención y en la capacidad de crear desde un lugar auténtico.

La peluquería necesita más espacios para pensar, sentir y compartir. Y proyectos como Luana3.0 son una invitación a volver a la esencia.

Pilar Ramos Ortiz

Pilar Ramos Ortiz

Publicado 17º dic. 2025

Comunicación & Social Media Manager en Professional Beauty España

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