El flequillo vuelve con fuerza esta temporada, pero lo hace en su versión más ligera y versátil: el flequillo wispy. Hablamos de ese acabado desfilado y traslúcido que enmarca el rostro sin cubrirlo del todo, aportando frescura y movimiento. Es el equilibrio perfecto entre el atrevimiento de llevar flequillo y la naturalidad que buscan cada vez más clientas.
La clave está en la técnica. Para conseguirlo se trabaja con tijera de entresacar o navaja, creando mechones finos y difusos que permiten que la frente se intuya bajo el cabello. La longitud ideal se sitúa entre el centro de la frente y las cejas, alargando los laterales hacia los pómulos para estilizar las facciones. El resultado es un flequillo fácil de mantener, que crece de manera armoniosa y no exige visitas constantes al salón.
El flequillo wispy favorece sobre todo a rostros ovalados y redondeados, porque suaviza los rasgos y aporta verticalidad. Se adapta sin problema a cabellos lisos y también a melenas onduladas, integrándose a la perfección en cortes bob, shag o melenas largas con capas.
No es casualidad que muchas celebrities ya lo hayan convertido en su seña de identidad. Dakota Johnson lo lleva como nadie, con un aire desenfadado pero siempre elegante. Jenna Ortega lo combina con ondas suaves y un estilo más juvenil, mientras que Camila Morrone prefiere la versión abierta y natural. En nuestro país, Úrsula Corberó ha apostado en varias ocasiones por esta variante ligera, demostrando lo versátil que puede llegar a ser.
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Para el salón, el flequillo wispy es una apuesta segura: aporta un cambio visible pero de bajo riesgo, perfecto para aquellas clientas que quieren refrescar su imagen sin renunciar a la comodidad. Una opción que rejuvenece, enmarca el rostro y encaja con la tendencia de cabellos más naturales y con movimiento que marcará el otoño 2025.