Sociedades tendrán hasta el 1 de enero de 2027; autónomos, hasta el 1 de julio de 2027. Quienes se anticipen evitarán estrés, carreras de última hora y sanciones.
El sistema Verifactu, la nueva normativa de facturación electrónica obligatoria impulsada por la Agencia Tributaria (AEAT) — que exige software certificado, facturas con código QR, registro inalterable y trazabilidad fiscal — sufrirá un aplazamiento oficial. Las sociedades sujetas al Impuesto de Sociedades tendrán ahora hasta el 1 de enero de 2027 para adaptarse; los autónomos y pymes disponen de plazo hasta el 1 de julio de 2027.
La decisión responde a las dificultades técnicas y organizativas detectadas en muchas pymes y autónomos, que denunciaban falta de tiempo para adaptar sus sistemas, cambiar software y formar a su personal, en muchos casos partiendo de facturación manual o con herramientas no homologadas.
Este aplazamiento representa un respiro, pero no exime del cumplimiento: el uso de software homologado será inevitable, y posponer la transición al último momento puede suponer carreras innecesarias, errores y riesgos de sanciones. Por eso, anticipar la adaptación es hoy más recomendable que nunca.
Según declaraciones de Jèssica Massó Ceo de DunaSoft: “El retraso ofrece margen adicional, pero es importante seguir avanzando para garantizar una adaptación tranquila y sin riesgos, llegando a las nuevas fechas con mayor seguridad y evitando prisas de última hora”
Con este cambio, la digitalización deja de ser una opción: es una obligación. Tu negocio —sea sociedad o proyecto autónomo— no solo depende del talento o la creatividad: también exige gestión, estrategia y previsión. Quien decida empezar ya a trabajar con Verifactu podrá enfrentarse a la nueva realidad con calma, sin prisas, evitando agobios de última hora.
Este aplazamiento por parte del Gobierno debe interpretarse como una puerta abierta a la planificación responsable. Pero si esperas demasiado, podrías encontrarte corriendo cuando otros ya estarán bien organizados.