Jenifer Alonso nos cuenta cómo combinar exosomas con activos que estimulan la firmeza, el drenaje o la lipólisis para resetear la figura.
El rostro siempre ha sido el foco de la innovación estética. La piel facial, más fina y expuesta, responde de forma muy visible a los tratamientos regenerativos. Por eso, los avances como los exosomas suelen aplicarse primero en esta zona, según Jenifer Alonso, facialista y fundadora de Infinittime. “Muchas firmas lanzan sus productos con un enfoque facial antes de explorar su uso corporal. Pero esto está empezando a cambiar”, opina.
La combinación de exosomas con activos como el silicio orgánico, la cafeína, la centella asiática o los péptidos biomiméticos es muy potente a la hora de reafirmar la silueta. “Los exosomas actúan como mensajeros celulares, activando la regeneración y la reparación profunda. Cuando se mezclan con activos que estimulan la firmeza, el drenaje o la lipólisis, el resultado es mucho más completo y eficaz”, aclara.

Diferencias con otros protocolos reafirmantes
La capacidad de los exosomas para reprogramar las células y mejorar la calidad del tejido desde dentro es la gran diferencia con otros tratamientos corporales. “Los exosomas trabajan a un nivel más profundo, mejorando la estructura dérmica, la regeneración y la comunicación celular. El resultado es una piel más firme, elástica y con mejor respuesta a cualquier otro tratamiento".
Corporales con exosomas en Infinittime
En sus centros, Alonso los usa integrados en protocolos personalizados, junto con técnicas manuales, aparatología y principios activos específicos en función del estado del tejido. “Normalmente, los aplicamos tras una fase de preparación del tejido (con masaje remodelante o aparatología como radiofrecuencia o vacuumterapia, según el caso). Después se activan con técnicas que potencian su absorción, como la diatermia o el microneedling corporal”, especifica. La facialista prefiere los exosomas de origen vegetal y los encapsulados en liposomas, ya que tienen una gran capacidad de estabilidad y penetración.

- En primer lugar, Alonso suele realizar un diagnóstico profundo. Observa la calidad del tejido y, a partir de ahí, diseña un protocolo específico. “Si hay celulitis, analizo qué tipo es porque no todas se tratan igual. Muchas veces el objetivo no es abordar una alteración visible, sino mejorar la calidad de la piel desde dentro”, explica.
 - La preparación del tejido es clave mediante técnicas manuales o aparatología para activar la zona y mejorar su receptividad. Después aplica los exosomas, en función de lo que necesite la piel (regeneración, redensificación, nutrición o reafirmación).
 - Después, trabaja con tecnologías que potencian su efecto -como la diatermia o la radiofrecuencia- según lo que ese cuerpo necesita: mejorar la firmeza, oxigenar, activar la microcirculación, etcétera. “El tratamiento se cierra con cosmética profesional y recomendaciones para el cuidado domiciliario”.
 - Aunque los resultados son progresivos, muchas veces se perciben mejoras visibles a partir de la tercera sesión. “Más allá del resultado estético, me interesa que el tejido responda mejor, se regenere y fortalezca”.
 
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