Laurie Pressman, vicepresidenta del Pantone Color Institute, acaba de presentar a Cloud Dancer, un blanco al que describe como “elevado” y cuya “presencia aireada” actúa como un susurro de calma y paz en un mundo ruidoso. La organización ha apostado por un color blanco, el primero en toda su historia.
A punto de despedirnos del Mocha Mousse 17-1230, damos la bienvenida al Cloud Dancer 11-4201, elegido color del año 2026 por Pantone. Un blanco etéreo que aporta una influencia tranquilizadora en una sociedad frenética que redescubre el valor de la reflexión mesurada y serena.
Un nuevo comienzo
Como un lienzo en blanco, Cloud Dancer simboliza nuestro deseo de un nuevo comienzo. Al despojarnos de ideas anticuadas, abrimos la puerta a nuevos enfoques. Cloud Dancer aquieta la mente y fomenta la relajación y la concentración. Permite que la mente divague y la creatividad respire, dejando espacio para la innovación.
Elegir el descanso, alejarse conscientemente de las exigencias incesantes y mirar hacia el interior reconoce algo vital: que la verdadera fuerza no reside solo en el hacer, sino también en el ser. Expresamos así nuestra aspiración a un futuro libre de excesos. Cloud Dancer desarrolla nuestro deseo de satisfacción y sentimientos de paz, unidad y cohesión.
foto: @pantone.
“En este momento de transformación, cuando reimaginamos nuestro futuro y lugar en el mundo, Pantone 11-4201 Cloud Dancer es un discreto tono blanco que promete claridad”, afirma Leatrice Eiseman, directora ejecutiva del Pantone Color Institute. “La cacofonía que nos rodea se ha vuelto abrumadora, dificultando escuchar las voces de nuestro interior. Cloud Dancer es una declaración consciente de simplificación, potencia nuestra concentración y nos libera de la distracción de las influencias externas”.
“Vivimos en una época de transición donde las personas buscan la verdad, la posibilidad y una nueva forma de vida”, añade Laurie Pressman, vicepresidenta del Pantone Color Institute. “Pantone 11-4201 Cloud Dancer es un blanco etéreo que ejemplifica nuestra búsqueda de equilibrio entre el futuro digital y la necesidad primordial de conexión humana. Como un espacio liminal o de transición que sirve de plataforma para la expresión creativa. A medida que las personas y las comunidades experimentan más allá de los límites tradicionales, abren la puerta a una mayor imaginación e innovación”.
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