La piel del cuerpo también envejece y puede revelar toda aquello que intentamos ocultar mediante los tratamientos del rostro. Es por ello, que el sérum corporal se está convirtiendo en un tratamiento diario de belleza para cuidarnos de forma coherente e integral.
Se integra en las rutinas de belleza de forma diferente a los sueros para el rostro, que se aplican antes de las cremas habituales, y por su alta concentración de activos y su formato de fácil absorción, texturas acuosas o geles, penetran hasta las capas más profundas de la piel desde donde la tratan. Esta textura más ligera de los sueros facilita el aprovechamiento de los ingredientes solubles en agua, como muchos antioxidantes o vitaminas, que son mal absorbidos en los productos que contienen una base de aceite.
Muchos incluyen también ingredientes retexturizantes, como el ácido glicólico y láctico, que requieren de un pH más bajo para alcanzar una eficacia óptima, típico de las lociones y cremas. Además, a diferencia de los productos hidratantes, los sueros corporales poseen la misma textura transpirable que los sueros faciales. Así, se secan al instante al entrar en contacto con la piel, dejándola hidratada sin sensación de grasa. Esto se debe a que emplean la hidratación mediante ingredientes a base de agua o aceites ligeros, en lugar de hidratantes pesados como el petróleo. Muchos de ellos contienen ácido hialurónico que hidrata la piel al unir mil veces su peso en agua, otros tienen aceite de jojoba, aceites de pomelo y romero que aumentan la hidratación.
Estos cosméticos atacan eficazmente todos aquellos signos de envejecimiento que acusa nuestro cuerpo, grasa, flacidez, arrugas, pérdida de elasticidad y falta de tonicidad.
Alguno de estos sueros, pueden llegar a sustituir a la crema hidratante cuando se aplica de forma genérica. Solo cuando su acción es específica, por ejemplo, celulitis localizada, entonces si debemos recurrir a la hidratante.
Además, van dirigidos a todo tipo de público, hombres y mujeres, y pueden utilizarse para corregir alguna problemática concreta (celulitis o flacidez), tratamiento global (contra el envejecimiento) o bien como tratamiento preventivo, atacando antes de que aparezcan algunos signos de la edad. La mayoría de ellos contienen colágeno y elastina que reafirman los tejidos de la piel, lo que ayuda a prevenir la flacidez, las arrugas, la deshidratación y la elasticidad. Como todos los cuidados, y pese a su alta concentración de activos, la constancia es la clave del éxito. No se tratan de tratamientos de choque, sino que se alcanza el máximo potencial de sus propiedades perseverando y con la aplicación diaria.
A la hora de utilizarlo, es preferible hacerlo por la mañana y la noche sobre la piel limpia y mediante un enérgico masaje que active la circulación, siempre en sentido ascendente y hasta que se absorba completamente para un mejor aprovechamiento del mismo. Al finalizar presionaremos suavemente con las palmas de las manos. Con todo ello, nos aseguramos la reparación de la piel, aumentamos la síntesis de colágeno y elastina, responsables de la firmeza de los tejidos.
Muchos de estos cosméticos incorporan elementos exfoliantes que eliminan las células muertas de la piel y permiten que los ingredientes que le acompañan rindan mejor.
Los sueros corporales son la próxima evolución del cuidado de la piel.Sus fórmulas intensas aportan todos los elementos de cuidado necesarios para mantener un cuerpo joven, bonito, protegido, calmado y rehidratado. Su eficacia hará que la incorporación a las rutinas de belleza y cuidado sea cuestión de tiempo.
Información:
www.vidaestetica.es
Revista Vida Estética – Edición Julio/Agosto 2017