Las extensiones de cabello son hoy un recurso común en salones de todo el mundo, pero su historia está llena de curiosidades. Desde su origen como símbolo de poder y belleza en civilizaciones antiguas, hasta convertirse en una industria global multimillonaria, las extensiones han acompañado la evolución cultural de la estética capilar.
Antigüedad: símbolo de estatus
Los primeros registros de extensiones se remontan al Antiguo Egipto (alrededor del 3400 a.C.), donde tanto hombres como mujeres utilizaban piezas de cabello humano y fibras vegetales teñidas. Se sujetaban con cera de abejas y resinas, y eran un símbolo de riqueza y jerarquía. Cleopatra es uno de los ejemplos más célebres.
En la Roma clásica, las mujeres de clase alta usaban postizos y extensiones importadas del norte de Europa, valoradas por su color rubio. Estos añadidos eran considerados objetos de lujo y podían costar una fortuna.
Edad Media y Renacimiento: moda y religión
En la Edad Media, el uso de postizos disminuyó por influencia religiosa, pero durante el Renacimiento volvieron a ponerse de moda. Las cortes europeas, especialmente la francesa e inglesa, valoraban los peinados voluminosos y adornados, lo que impulsó el uso de cabellos postizos.
Siglo XVIII: auge en las cortes
En la Francia de María Antonieta, los elaborados peinados con pelucas y postizos marcaron un antes y un después. Las extensiones y postizos eran imprescindibles para sostener las arquitectónicas creaciones capilares de la nobleza.

Siglo XIX: popularización
Durante la época victoriana, las extensiones empezaron a ser más accesibles gracias al comercio internacional. Las mujeres utilizaban mechones añadidos para dar más volumen y cumplir con la moda de cabellos largos y abundantes.
Siglo XX: del cine a la moda
El cine de Hollywood en los años 40 y 50 popularizó las extensiones como herramienta de glamour. Actrices como Rita Hayworth marcaron tendencia. En los años 60 y 70, con la irrupción de nuevas técnicas, las extensiones empezaron a estar disponibles también en peluquerías comunes.
Siglo XXI: innovación y diversidad
Hoy en día, la industria de las extensiones mueve miles de millones de euros en todo el mundo. Existen múltiples técnicas: de queratina, cosidas, adhesivas, de clip, y con innovaciones como el tape-in. Según Statista, el mercado global de extensiones y pelucas superó los 5.000 millones de dólares en 2023 y sigue en crecimiento.
Además, su uso ya no se asocia únicamente al lujo: se utilizan tanto para añadir volumen y longitud como para experimentar con estilos y colores sin dañar el cabello natural. También forman parte de la identidad y empoderamiento en comunidades afrodescendientes, donde las trenzas y extensiones tienen un profundo valor cultural.
De símbolo de estatus en el Antiguo Egipto a un recurso de moda accesible en cualquier salón, las extensiones han evolucionado con la historia de la belleza. Hoy representan la unión entre tradición, innovación y expresión personal.