Tras la rutina del cavernícola, que promueve la idea de abandonar por completo el cuidado facial moderno, surge una nueva tendencia viral que ha hecho saltar las alarmas sobre sus efectos: la dieta de las princesas Disney. Os contamos en qué consiste y cómo puede afectar a la salud de las personas.
La dieta de las princesas Disney propone locuras como beber solo agua (La Sirenita), comer únicamente manzanas (Blancanieves) o semillas (Pocahontas). El Colegio Oficial de Enfermería ha alertado sobre esta tendencia viral y el Instituto Médico Antiaging no ha dudado en dar su opinión sobre los efectos perjudiciales de estas dietas que en verano encuentran su caldo de cultivo.
Bajo el nombre de dieta de las princesas Disney, cientos de perfiles en TikTok están promoviendo menús hipocalóricos de menos de 1.000 kilocalorías al día inspirados en los cuerpos idealizados de los personajes animados. Aunque esta tendencia se presenta como estética o cute, sus consecuencias clínicas pueden ser graves, según algunos/as expertos/as. “La mayoría de estas dietas eliminan grupos de alimentos, restringen grasas y reducen hidratos al mínimo. El resultado es un déficit energético severo que desregula por completo el sistema hormonal femenino”, explica la Dra. Ángela Llaneza, ginecóloga experta en ginecología regenerativa y funcional y endocrinología reproductiva y directora médica de Instituto Médico Antiaging.
En consulta, los efectos ya son palpables según la Dra. Llaneza: pacientes que han perdido la menstruación durante meses o años, que no se quedan embarazadas o sufren fatiga crónica, insomnio, caída de cabello, ansiedad o alteraciones digestivas sin diagnóstico claro.
Ariel la sirenita en Disneyland París.
El cuerpo desconecta su sistema hormonal
El organismo femenino necesita energía, masa muscular y un mínimo de grasa para mantener sus funciones vitales. Cuando los niveles de energía bajan de forma sostenida, el eje hipotálamo-hipófisis-ovario interpreta que no hay condiciones para gestar y activa mecanismos de protección. “Lo que muchas mujeres llaman fuerza de voluntad, el cuerpo lo vive como hambre crónica. Por eso apaga la ovulación, ralentiza la tiroides y altera el equilibrio del cortisol”, señala la Dra. Llaneza.
Los efectos clínicos más comunes
Las repercusiones más habituales de estas dietas extremas, en opinión de la experta, son:
- Amenorrea hipotalámica (ausencia de regla sin patología estructural).
- Infertilidad funcional (por ciclos anovulatorios).
- Hipotiroidismo subclínico.
- Pérdida de masa ósea y muscular.
- Efecto rebote tras abandonar la dieta.
- Alteraciones del ánimo, ansiedad, fatiga y apatía sexual.
“Cada vez más mujeres entienden que la delgadez extrema no es sinónimo de salud, ni de belleza ni de bienestar sostenible. Recuperar la menstruación, la fertilidad y la vitalidad es posible. Pero requiere salir del mito de la perfección corporal y volver a confiar en el cuerpo como un sistema sabio, no como un enemigo a controlar”, termina la experta.
Trastornos psicológicos
Estas dietas radicales conllevan consecuencias físicas y mentales, básicamente porque la representación de estas figuras normaliza los cuerpos extremadamente delgados como ideal de belleza. Ello puede llevar a trastornos en la percepción de la imagen corporal o de la conducta alimentaria como la anorexia, la bulimia o la ortorexia, por citar los más conocidos. Además, pueden promover la baja autoestima y un peligroso refuerzo de los estereotipos de género.