Fernando de la Rosa no solo es barbero, es un apasionado de su oficio, un formador incansable y una referencia en la escena actual de la barbería española. En esta entrevista, nos abre las puertas a su trayectoria, su visión sobre la evolución del sector y sus próximos proyectos.
Fernando, has sido una presencia destacada en CosmoExpoBeauty. ¿Cómo fue tu experiencia este año en la feria y qué te llevas de ella?
Este año en CosmoExpoBeauty viví una experiencia inolvidable. Estar sobre el escenario como especialista en barbas, compartiendo mi visión y técnica con otros profesionales, fue un verdadero honor. Me sentí como en casa: rodeado de talento, de pasión por la barbería y de un público con ganas de aprender y disfrutar. Me llevo el reconocimiento de muchos colegas, la conexión con nuevas generaciones de barberos y, sobre todo, la satisfacción de haber aportado mi granito de arena en un evento que eleva nuestra profesión a otro nivel. Agradezco de corazón a la revista Tocado por haberme brindado esta gran oportunidad y por seguir apostando por la barbería con tanta fuerza y respeto.
Sabemos que estás muy implicado en la formación. ¿Qué proyectos educativos estás desarrollando actualmente y a qué tipo de profesionales van dirigidos?
Ahora mismo estoy inmerso en el desarrollo de dos proyectos formativos muy potentes, pensados con mucha dedicación y visión de futuro. Son propuestas dirigidas a profesionales que no se conforman con lo básico, que quieren seguir creciendo, perfeccionarse y marcar diferencia en su trabajo diario. Están pensados para barberos y barberas con pasión, con actitud y con ganas de llevar su técnica, su criterio y su mentalidad a otro nivel. No puedo adelantar mucho más por ahora, pero sí puedo decir que serán formaciones muy cuidadas, exigentes y con un enfoque muy profesional. La barbería evoluciona, y nosotros con ella.
En tu trayectoria como barbero, ¿cuál dirías que ha sido el cambio más significativo en el sector en los últimos años?
El cambio más importante ha sido la profesionalización de la barbería. Antes era un oficio más tradicional y rutinario; hoy es un arte en evolución constante. El cliente ya no viene solo por un corte o un arreglo de barba: busca una experiencia, asesoramiento personalizado y un resultado que le represente. La formación, la imagen, la técnica y la atención al detalle han pasado a ser claves. El barbero moderno debe dominar todo eso y, además, saber comunicarlo. De ahí viene mi slogan: Tendencia y Tradición.
Las tendencias cambian rápidamente. ¿Cuál crees que es la tendencia dominante actualmente en barbería y cuidado masculino?
La tendencia dominante es la autenticidad cuidada. Ya no se trata de seguir una moda concreta ni de seguir al pie de la letra las reglas del visagismo, sino de encontrar el estilo que mejor te representa. Vemos un regreso a estilos más naturales, pero con técnica detrás. Barbas con forma, sin rigidez. Cortes que acompañan la estructura del rostro y el estilo de vida del cliente. En cuanto al cuidado masculino, el hombre cada vez está más abierto a usar buenos productos y rutinas completas. La cosmética masculina ya no es tabú, es una herramienta más para verse bien y sentirse mejor.
¿Qué papel crees que juegan las redes sociales en la evolución de la barbería y en la visibilidad de profesionales como tú?
Juegan un papel fundamental. Las redes nos han permitido mostrar lo que hacemos, cómo lo hacemos y, sobre todo, lo que transmitimos con nuestro trabajo. Hoy un barbero sin presencia digital pierde una gran oportunidad de conectar con nuevos clientes, con colegas del gremio y con formaciones de todo el mundo. Eso sí, hay que usarlas con autenticidad: no se trata solo de mostrar cortes bonitos, sino de compartir conocimiento, valores y una identidad propia.
Las barbas largas siguen presentes, pero también hay un retorno a looks más limpios. ¿Cuál es tu opinión sobre hacia dónde se dirige el estilo masculino?
Creo que el estilo masculino va hacia la personalización total. Las barbas largas seguirán teniendo su público, pero cada vez vemos más hombres que apuestan por barbas medias o limpias, bien estructuradas, sin perder carácter. Lo importante es que el look sea coherente con la imagen y el estilo de vida de cada uno. Y ahí es donde entra el verdadero trabajo del barbero: saber leer el rostro, la actitud y asesorar con criterio.
Como formador y barbero, ¿qué consejo le darías a los jóvenes que están empezando en el mundo de la barbería?
Les diría que este es un oficio precioso, pero que no regalan nada. Si quieres llegar lejos, tienes que ponerle el alma, tiempo, sangre y muchas horas de trabajo. La barbería no es solo estética: es técnica, es dedicación y es actitud. A los jóvenes les aconsejo que no pierdan la ilusión, que se formen constantemente y que no se desesperen si al principio cuesta. Si de verdad amas esto, el esfuerzo da resultados. Y cuando trabajas con pasión, el cliente lo nota. Esa es la diferencia entre cortar pelo… o dejar huella en este maravilloso oficio.
¿Qué importancia crees que tiene hoy la formación continua en una profesión tan visual y técnica como la barbería?
La formación continua no es una opción, es una necesidad. La barbería evoluciona cada año, y quien no se actualiza, se queda atrás. Técnicas nuevas, herramientas, productos, tendencias… todo cambia. Además, es una profesión visual, y lo que ofrecemos al cliente entra primero por los ojos. Si quieres destacar, tienes que invertir en ti mismo, en tu imagen, aprender de otros y tener siempre esa humildad que te recuerda que en este oficio, nunca se deja de aprender. Sobre todo, humildad, porque nadie nace enseñado y somos lo que somos por la gente y los profesionales que pasan por nuestra vida.
¿Cuál ha sido el mayor reto que has enfrentado en tu carrera y cómo lo superaste?
Sin duda, el mayor reto fue pasar de trabajar para otra persona a abrir mi propio salón. No fue solo un cambio profesional, fue un salto personal enorme. Te enfrentas a decisiones, miedos, responsabilidades… pero también a tu propia libertad. Lo superé creyendo en mi experiencia, apoyándome en mi familia —que sin ellos esto no sería posible—, rodeándome de buenos profesionales y sabiendo que si quería crecer de verdad, tenía que tomar las riendas. Hoy miro atrás y sé que ese paso fue clave para convertirme en el barbero y formador que soy ahora.
Para terminar, ¿qué podemos esperar próximamente de Fernando de la Rosa? ¿Algún proyecto que puedas adelantarnos?
Lo que viene es muy potente, pero todavía no puedo adelantar mucho… solo diré que estoy trabajando en una formación centrada exclusivamente en mi especialidad, con un enfoque muy profesional y exigente, como se merece esta parte tan importante de la imagen masculina. Además, estoy desarrollando un proyecto local en Terrassa para crear un gremio que unifique a los profesionales de la peluquería y la barbería. Queremos establecer criterios comunes de trabajo, de horarios, de precios, y sobre todo, fomentar el respeto mutuo y la calidad en nuestro oficio. La unión hace la fuerza, y ha llegado el momento de organizarnos como gremio.
Fernando de la Rosa representa una barbería que honra el pasado, pero mira con firmeza al futuro. Profesional, apasionado y con los pies en la tierra, defiende una visión del oficio basada en la autenticidad, el respeto y la formación continua. Su mensaje es claro: la técnica es fundamental, pero los valores lo son aún más. Porque en una profesión tan visible y humana como esta, lo que realmente importa no es cortar pelo… sino dejar huella. Fernando nos desea que, en esta profesión y en la vida, nunca perdamos la humildad. “No hace falta tener un ego elevado para ser buen profesional, ni ser el más ruidoso para ser escuchado. No soy amigo de egocentrismos, ni de las traiciones entre compañeros. Prefiero el respeto, el trabajo honesto y el compañerismo sincero. Siempre intento ayudar, compartir lo que sé y tender la mano a quien empieza. Porque si algo he aprendido en todos estos años, es que cuando uno crece de verdad, es cuando también hace crecer a los demás.”