La peluquería como lenguaje personal, proceso y equilibrio
Desde Espinosa de los Monteros hasta las pasarelas y reconocimientos nacionales e internacionales, Camino Zorrilla, ha construido un discurso propio donde la geometría, la textura y la emoción se convierten en un mismo lenguaje. En esta entrevista reflexiona sobre la belleza de lo simple, el valor del proceso creativo y la peluquería como medio de expresión artística y de búsqueda personal.
¿Cuál fue el detonante creativo que te llevó a explorar las formas básicas como eje conceptual de Blind Shapes?
Más que un detonante, se trató de un reto personal. Quería comprobar si era capaz de elaborar un proyecto sólido y digno de llegar a pasarela partiendo únicamente de las formas más básicas, esas que todo el mundo da por sentadas.
En esta colección, las texturas juegan un papel clave. ¿Cómo fue el proceso de experimentación para lograr que lo geométrico cobrara una identidad tan personal en cada pieza?
En la primera pieza jugué con la idea de integrar un soporte físico que mantuviera la estructura del cabello y, para aportar contraste, opté por el uso del rizo afro. En el segundo trabajo utilicé elementos a mi alcance, como un molde, para crear una pasta de peinado de elaboración propia. Así conseguí la textura y la forma deseadas. Una vez creadas las placas, trabajé su disposición y el balance cromático. El último trabajo también partió de la búsqueda del contraste, en este caso entre una plancha con efecto de cuadros y el volumen marcado del rizo.
El azul y el blanco transmiten serenidad, equilibrio y atemporalidad. ¿Cómo dialogan estos colores con la intención emocional de la colección?
Fue un proyecto concebido no tanto con la intención de transmitir un mensaje concreto, sino como una forma de volcar en él mis propias emociones para alcanzar mi paz interior. Más allá de eso, el blanco me aporta calma y serenidad, mientras que el azul representa para mí porte y elegancia, además de ser parte de mi identidad personal.
¿Hubo alguna forma geométrica o estructura que te supusiera un desafío especial a nivel técnico?
No, ninguna supuso un reto técnico como tal. Mi creatividad y la experiencia acumulada me permitieron resolver las formas apoyándome en conocimientos previos y en materiales de mi entorno.
La colección celebra la belleza de lo simple a través de la innovación. ¿Qué descubriste sobre la simplicidad durante el proceso creativo?
He descubierto que, bajo los ojos correctos y en las manos adecuadas, incluso lo más simple tiene un espacio para brillar.
Mirando tus comienzos en Espinosa de los Monteros, ¿qué recuerdas con más fuerza de aquellos primeros años con tu propio salón a los 19 años?
Sin duda, la ilusión. Siempre he sido una mujer muy independiente y decidida, y tener la oportunidad de forjar mi propio futuro haciendo lo que amaba, y amo, me llenaba de orgullo y emoción. Es una sensación que sigue acompañándome a día de hoy.
Continúas formándote y evolucionando desde un entorno pequeño. ¿Qué te impulsa a mantener esa búsqueda constante?
Mi deseo de crear y mi hambre de mundo. Me gusta romper con lo establecido, alcanzar nuevos horizontes y tener mi propia voz. No ser una más. Expresarme es lo que me da vida.
Recorrer Europa con los Premios Style Masters debió marcarte. ¿Qué aprendizajes siguen contigo hoy?
Siempre me atrajo el intercambio cultural y técnico con otros profesionales del sector, pero lo que realmente permanece son las personas que conocí durante esos viajes. Muchas de ellas siguen formando parte de mi vida, cerca o lejos, brindando apoyo y cariño como entonces.
Tras tu paso por los AIPP Awards de Londres en 2018, ¿hubo un antes y un después en tu visión de la peluquería como disciplina artística?
No hubo un cambio radical, sino una reafirmación de algo que ya creía: la peluquería es un medio más para que las personas creativas expresen sentimientos y conocimientos técnicos a través del cabello, como una forma de arte más.
A lo largo de tu trayectoria has recibido distintos premios y reconocimientos. ¿Qué papel juegan estos logros en tu manera de crear y en el camino que quieres seguir?
Ganar premios no ha cambiado mi forma de crear, pero sí ha reforzado mi confianza. Son una confirmación de que el camino que sigo tiene sentido y de que el esfuerzo, la constancia y la honestidad creativa dan sus frutos. Más que una meta en sí mismos, los premios funcionan como un impulso: me recuerdan de lo que soy capaz cuando me comprometo con un proyecto y me animan a seguir evolucionando, superándome y explorando nuevos territorios creativos sin perder mi esencia.
