Después de las vacaciones, muchos clientes presentan signos visibles de desajuste cutáneo. El cambio de rutinas, el exceso de exposición solar, el calor y la alteración del sueño afectan directamente a la piel del rostro, generando lo que se conoce como jet lag facial. Este fenómeno no está limitado a los viajes transoceánicos: cualquier alteración en los ritmos biológicos puede desencadenar desequilibrios cutáneos perceptibles. Silvia Giralt, fundadora del centro con su mismo nombre nos da las claves.
¿Qué es el jet lag facial?
Desde un enfoque profesional, el jet lag facial es una manifestación dérmica del desajuste en los ritmos circadianos. La piel pierde luminosidad, se ve más apagada, con textura áspera, signos de deshidratación y aparición de pequeñas imperfecciones. También es común observar ojeras marcadas, hinchazón en el contorno ocular y un tono general más opaco.
Estas alteraciones no solo están asociadas a los cambios de huso horario, sino también a cualquier situación que interrumpa los ciclos naturales de descanso, como suele ocurrir durante las vacaciones. La falta de sueño profundo afecta negativamente al proceso de regeneración celular nocturna, fundamental para el mantenimiento de una piel sana y equilibrada.
Enfoque estético para el tratamiento del jet lag facial
En cabina, se pueden aplicar protocolos orientados a restaurar la vitalidad cutánea, mejorar la oxigenación, estimular la microcirculación y favorecer la regeneración celular.
Fases recomendadas del tratamiento:
-
Fase de preparación térmica y apertura de poros
El uso de toallas calientes ayuda a dilatar los poros, facilitando la penetración de los principios activos. Además, activa la circulación superficial, optimizando el aporte de oxígeno y nutrientes a los tejidos. -
Exfoliación enzimática o mecánica con activos antioxidantes
Una exfoliación adecuada elimina células muertas, mejora la textura y potencia la absorción de productos posteriores. El uso de ingredientes como vitamina C o extractos cítricos (por ejemplo, aceite de pomelo) añade un efecto revitalizante y promueve la síntesis de colágeno. -
Aplicación de sérums nutritivos mediante masaje facial técnico
Utilizar aceites reparadores con ácidos grasos esenciales (como baobab o macadamia), junto con técnicas de masaje manual o herramientas específicas (guantes de plata, por ejemplo), permite alcanzar capas más profundas del tejido, aportando hidratación, flexibilidad y efecto antiaging.
Abordaje corporal complementario
Desde un enfoque integral, se recomienda tratar también los efectos sistémicos del desequilibrio postvacacional. El cuerpo puede presentar retención de líquidos, sensación de pesadez y fatiga muscular debido a los cambios de rutina y el calor.
Un tratamiento corporal que combine drenaje linfático manual, maniobras reafirmantes y uso de aceites esenciales, permite estimular la eliminación de toxinas, mejorar la circulación y devolver tonicidad al tejido.