De autoempleada a líder: así transformé mi salón

De autoempleada a líder: así transformé mi salón

Actualizado el 12 ago. 2025 por Anna León Mir

Por Eva Avilés, barbera y fundadora de Barbería Avilés

Durante años me sentí atrapada en mi propio salón. Recuerdo que trabajaba sin parar y apenas tenía tiempo y energía para pensar en el futuro de mi negocio. Vivía en modo “piloto automático”, como muchos profesionales del sector beauty en España. Fue entonces cuando entendí que el verdadero problema no era el trabajo, sino la forma en la que lo estaba gestionando. 

Hoy quiero compartir contigo una reflexión que cambió mi vida: deja de sentirte esclava de tu salón y empieza a vivir la vida que deseas. Para conseguirlo, es fundamental dejar de centrarse únicamente en la producción y comenzar a ejercer como directora real de tu empresa. 

El autoempleo que nos limita 

De los 54.000 salones de belleza registrados en nuestro país, casi la mitad los gestionan autónomos sin empleados. Eso implica a miles de profesionales que se hallan inmersos en el día a día como yo lo estuve en su momento. Autónomos sin capacidad de tomar decisiones estratégicas, delegar o liderar.

Si seguimos produciendo sin dirigir, nos convertimos en autoempleadas agotadas. La consecuencia directa es clara: ni hay crecimiento, ni equilibrio, ni calidad de vida. Por eso, decidí cambiar el foco y empezar a liderar con visión empresarial. 

El método que transformó mi negocio 

Con todo lo que aprendí y me funcionó, creé mi propio método. Un método que se estructura en tres grandes bloques que aplico y enseño: análisis, equipo y liderazgo. 

  1. Análisis y desarrollo. Lo primero que hice fue parar y analizar mi punto de partida. Me planteé una pregunta esencial: ¿Dónde estoy y a dónde quiero llegar? Para responderla, definí mis objetivos personales y empresariales siguiendo el método SMART (específicos, medibles, alcanzables, retadores y con una fecha límite). También revisé cómo estaba funcionando mi salón y elaboré un plan de acción.
    Este proceso me permitió salir de la rutina y empezar a diseñar el negocio que realmente quería tener.
  2. Construir un equipo que sea el motor del crecimiento. Aprendí que no podía hacerlo todo sola. Pero tener equipo no es suficiente: hay que formarlo y liderarlo. Estas son las cinco claves que me ayudaron a convertir mi equipo en uno de alto rendimiento:
    -
    Definir objetivos claros y medibles para todas.
    -Establecer tareas y roles específicos.
    -Documentar procesos y protocolos.
    -Fomentar la buena comunicación y el clima laboral.
    -Generar una cultura de confianza y respeto.
    Cuando todos remamos en la misma dirección, el salón empieza a funcionar incluso cuando yo no estoy trabajando en la silla o en el propio negocio.
  3. Liderar desde el ejemplo. El liderazgo no nace, se aprende. Yo misma tuve que formarme y evolucionar. Hoy creo firmemente que un buen liderazgo se basa en estas seis cualidades:
    1. Fijar metas claras y compartidas.
    2. Invertir en formación y desarrollo del equipo.
    3. Detectar y potenciar el talento de cada persona.
    4. Comunicar con claridad y transparencia.
    5. Escuchar de verdad, con atención plena.
    6. Predicar con el ejemplo, siempre.
    Como dijo Einstein y suelo recordar: “El ejemplo no es la mejor manera de enseñar, es la única manera”.

La mentalidad marca la diferencia

Lo que más me sorprendió de todo este proceso fue descubrir que el talento técnico, aunque esencial, no es suficiente. Ser buena en lo que haces no garantiza el éxito si no tienes una mentalidad empresarial sólida.
Si yo no hubiera dado el paso de formarme y cambiar mi forma de pensar, hoy seguiría en mis 27 m², agotada y estancada. Pero al aplicar estos tres pilares, logré crecer, delegar y, lo más importante, disfrutar de mi negocio y la vida que me permite vivir.

¿Estás dirigiendo o solo produciendo?

Si sientes que estás en un punto de estancamiento o agotamiento, te invito a hacerte esta pregunta con honestidad: ¿Estoy liderando mi salón o simplemente produciendo sin parar?
La dirección no es un lujo. Es una necesidad si quieres crecer con propósito y calidad de vida. Cambiar tu rol es posible. Yo lo hice y tú también puedes.

Anna León Mir

Anna León Mir

Publicado 12º ago. 2025

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